sábado, 11 de mayo de 2013

El vuelo de las aves.





Dibujar con marcadores, creyones de acuarela y rematar luego con un pincel humedecido, es todo lo que hace falta para dar vida a unas escenas de pájaros. Eso sí, hay que observar mucho los pájaros tanto detenidos como en pleno vuelo, para aprender a dibujarlos.
En este mes de mayo he visto una abundante población de paraulatas llaneras (Mimus gilvus) por los alrededores. Es un ave de color grisáceo que come avispas, arañas, gusanos y frutas. Lo más llamativo de su plumaje son las rayas blancas en la cola, que según dicen los expertos, las usan para comunicarse entre ellas. Tienen el pico y las patas negras.
Francisco Rivero. Pájaros en vuelo. 2013.

Una pareja de paraulatas se aparearon y anidaron cerca de mi ventana. Hace tres semanas que nacieron los pichoncitos. ES una pareja bastante responsable y trabajadora, pues siempre andan buscando comida por todos lados para alimentar a su prole. Las envidio un poco pues en esta época de escasez de alimentos en Venezuela, no se consiguen muchas cosas con facilidad, para los seres humanos.
La Paraulata hembra es muy estricta a la hora de seleccionar a su pareja, pues el macho debe mostrar que es un piloto experimentado. El cortejo es a las diez de la mañana, por encima de los tejados y entre las ramas de los árboles, cuando las aves siguen trayectorias muy erráticas  dando cabriolas y volteretas en el aire. El elegido, debe ser un macho hábil y audaz, capaz de lanzarse en picada a toda velocidad y luego detenerse bruscamente o dar un giro inesperado. De su habilidad  para  maniobrar depende la supervivencia de éstos pájaros. Una de las razones es la siguiente:
Las paraulatas construyen sus nidos en la parte interna de la copa de los árboles, en lugares cubiertos de hojas, que no pueden ser vistos desde afuera. Es un escondite camuflajeado de manera perfecta. La entrada y la salida de los padres al escondite,  se hace con mucha rapidez, para evitar ser vistos.  El nido de nuestra casa, está oculto en un árbol de jazmín, que podé hace poco, a un metro del suelo. Creo que colocan estos nidos bastante bajos para evitar a las depredadoras como los gavilanes y las lechuzas.  Ellos cuando salen del nido, se alejan de ese árbol, para no levantar sospechas.
Francisco Rivero. Nidos de paraulata. 2013.

Otra cosa importante es que estas paraulatas no cantan, a pesar de ser llaneras y tener fama de cantar bien. Creo que esto del canto de paraulata es un mito de los poetas y los compositores de música llanera. O quizás estas paraulatas cuando vinieron  para los Andes se les perdió el cuatro y las maracas….

martes, 7 de mayo de 2013

La paraulata montañera.




Una paraulata de los andes con sus patas grandes. Después de dar un vuelo rasante sobre el tejado, vino a parar en  mi jardín;  se encaramó en una rama de un aguacate y entonó su suave canto. Estaba feliz pues  no ha cesado de llover en estos diez días y hay comida en abundancia. Sus ojos son negros bordeados con un anillo amarillo. Su pecho y garganta son de un gris claro. El lomo y las alas son más oscuros. De la base del pico salen unos bigotes. 

FRancisco Rivero. Paraulata. 2013.

La Paraulata es buena voladora, como los hermosos azulejos y las golondrinas. Movía su larga cola de un lado a otro, hacia arriba y hacia  abajo, como un afilado cuchillo queriendo cortar el aire en tres pedazos.

Un poema de paraulata que no termina bien.


Me encontré una paraulata
Bajando de una montaña
Que cantaba una canción
Con su fina voz de plata
Quise llevármela a casa
Para tenerla conmigo
Y entonces con mucha maña
Me le acerqué con sigilo
Con  un lazo  de pabilo
Logré  amarrarle las patas
La bicha se me escapó
Y me caí de la mata

martes, 16 de abril de 2013

Las casas al revés.




 La obra literaria del escritor trujillano Olrlando Araujo, consigue penetrar con sus rudas palabras en los recónditos vericuetos de los habitantes de estas tierras frías y empinadas. Yo visualizo esta narración en imágenes poéticas, que se traducen de manera casi instántanea  en unos bosquejos rápidos e inacabados,  pero con una carga expresiva de manchas de colores y líneas que se retuercen,  buscando romper los límites de la forma..

La niebla se queda siempre arriba, pero baja el agua y desciende la neblina y envueltos en ella vienen los parameños silenciosos y bueyes con barbas.
Francisco Rivero. Parameños. 2013

Vienen del frailejón hasta el café como empujados;  y con todas sus fuerzas se prenden de aquella tierra que cae verticalmente sobre el llano. Y así empujados desde arriba, vomitados por la niebla  y perseguidos por cosas horrendas que esa misma niebla oculta, van a construir  sus casas en las calderas que forman las montañas, y las harán con las puertas hacia el páramo, al revés de cómo llegaron y de espaldas al llano, como si el solo mirar les diera grima.
Francisco Rivero. Bajando la montaña. 2013.

Las casa resbalan con el tiempo y entonces las vuelven a construir siguiendo la vertiente del primer arañazo, a jornada completa unas de otras, porque son gente solitaria de nacimiento y callada por vocación, solo que como las levantan en paredes de montañas que forman cuenco, terminar por juntarse y hacer pueblo allá abajo.
Orlando Araujo- Compañero de viaje.
Francisco Rivero.Pueblo en el cuenco 2013.

 Todos los trabajos están hechos con la técnica de pastel graso sobre cartulina Fabrianno, con pinceladas de trementina.
Francisco Rivero. Casas del pueblo. 2013

domingo, 7 de abril de 2013

Hoy son los bucares...



Los rojos bucares.


El bucare nunca pasa desapercibido. Por su gran tamaño y su copa adornada de rojas flores se destaca desde  lejos. Estos grandes ejemplares han ido desapareciendo con los nuevos urbanismos. Lo observamos sin embargo,  en los bordes de la meseta donde la mano del hombre no ha podido derribar lo.

Desde febrero hasta mayo florecen los bucares en la meseta de Mérida. El bucare es un árbol corpulento perteneciente a las leguminosas cuyo nombre científico es  Erhytrina poeppigiana. También lo llamamos bucare ceibo o ceibo. Debe su nombre al color rojo intenso escarlata de sus flores. La otra palabra es un reconocimiento al botánico Eduardo Poeppig.  Es nativo de Sudamérica, este árbol emblemático de nuestro estado.

En la época de floración, la cual suele ser en el período de sequía de enero a mayo, este árbol se despoja de sus hojas, deja ver sus ramas desnudas de color marrón oscuro. 

Es un espectáculo maravillosos ver estos gigantes con sus flores de color rojo bermellón y anaranjado dominar sobre el paisaje. Atraídos por sus flores llegan insectos a chupar el néctar de sus flores y detrás de ellos gran cantidad de pájaros para alimentarse.
En el bucare habitan también esas plantas epífitas colgantes de sus ramas llamadas barbas de palo, que semejan una especie de cortina que se balancea suavemente con la brisa. 


Francisco Rivero. Un Bucare. 2013

En los andes siempre lo observamos cerca de algún potrero, para dar sombra a los animales y también a los cafetales. El bucare se empina sobre el horizonte y destaca en el paisaje azul verdoso de la serranía por su tronco grueso y leñoso y su coloración bermeja en los meses de verano. De sus ramas retorcidas cuelgan largas epífitas llamadas barbas de palo.

Pintura de bucares.


He pintado este árbol varias veces, pues la gente me lo ha solicitado. Lo muestran en sus casas con orgullo de tener un bonito recuerdo de Mérida. 

La población de bucares ha ido decreciendo en la meseta con las nuevas construcciones. Hacia la parte sur de la ciudad, bajando de Ejido, todavía se observan algunos frondosos bucares entre los verdes cañamelares. Cuando florecen son como manchas de color rojo en un mar de espigas de la caña de azúcar.


Francisco Rivero. Bucares. 2013.

Paseando por la Plaza de la Parroquia vi dos hermosos árboles floreados de amarillo. Es el Araguaney ( Tabebuia chrysantha) nuestro árbol nacional. En ocasiones  la copa amarilla de un Araguaney, el azul del cielo en los meses de verano y un rojo bucare imitan el colorido  nuestra bandera.


Francisco Rivero. Bucare y Araguaney. 2013.

El bucare es un árbol natural de América del sur y su área se extiende desde Centroamérica hasta Brasil. Ha sido introducido en otras regiones cómo las islas del caribe y la Florida. En Venezuela está bien distribuido en los estados andinos, la Cordillera de la costa  y crece a partir de los 400 m. de altura.

Paisaje de verano.

Paisaje de verano. Francisco Rivero.
Paisaje de Verano. Francisco Rivero.




El bucare con sus flores rojas le da colorido al paisaje árido del cañón del río Chama. Este árbol de unos 30 a 40 metros metros de altura también da mucha sombra. Pinté este paisaje con bucare haca algunos años. Ee un oleo de unos 34x40 cm.


sábado, 30 de marzo de 2013

El carpintero jabao.




Esta mañana me levantó un carpintero jabao ( Melanerpes rubricapillus)  con su canto muy singular. Una especie de ronquido muy seguido Erhhhh-Erhhhh-Ehhhh-Erhhhh. Es un canto con un sonido seco, muy áspero y que se repite con una alta frecuencia o como dicen los músicos “ritmo acelerado”. Su nombre científico, siguiendo la notación de Linneo, lo identifica muy bien. La palabra Melanerpes, que corresponde a la especie, quiere decir trepador negro. La palabra rubricapillus, quiere decir “de cabello rojo”. Su lomo es negro con pintas blancas que forman rayas transversales.
Francisco Rivero. Carpintero jabao. 2013.

 Este trabajo está hecho con una técnica mixta de creyón de acuarela y lápiz de grafito, sobre cartulina Fabriano.
Este carpintero vino a comerse unos cambures que puse anoche sobre un muro en el patio. Después volvió a su casa hecha por él, sobre el tronco de un viejo y corpulento guanábano. El carpintero es para mí un ave que, aunque poco vistosa y de canto horrible,  representa muy bien el valor del trabajo, algo que hemos perdido los habitantes de esta América del Sur. Si lo declaramos ave nacional nos podría ayudar mucho. Nuestra ave nacional es el majestuoso Turpial, de bello plumaje y canto exquisito, que va picoteando frutas hermosas aquí y allá, es todo un galán de de la sabana, que enamora con su canto. Es un ave especial de la cual hablaré más adelante.
Dejemos pues al carpintero en su trabajo de construcción. Por allí cerca pasaron dos paraulatas y una de ellas dijo
Dentro de aquel agujero
Vive un viejo carpintero
la otra le respondió
Es carpintero jabao
y se la pasa ocupao