Ya comienza en verano en Venezuela y la naturaleza cambia
sus colores en respuesta a la sequía y el sol abrasador. El amarillo es el rey
de los colores en esta época del año. Amarillo ámbar, cadmio, cromo y el indio
de los pomos de colores se apoderan de mis lienzos y lanzan sus rayos dorados.
Es una luz intoxicante del atardecer que hiere la pupila y derrite las formas,
la que me interesa. La luz crepitante entre
el seco follaje como una llama de matices bermejos y naranjas, se impone en
cada pincelada.
Francisco Rivero. calle de Ejido. 2013. |
En estos lienzos de formato 40x50 trato de atrapar el calor
de las calles de Ejido en una clave de amarillo, casi monocromático. Apenas
unos tonos ocres, verde claro limón y carmesí
rompen con la monotonía. Son motivos
sencillos de calles en perspectiva que se fugan al infinito. Sin embargo los
tonos cálidos amarillos y ocres le restan profundidad y hacen ver un paisaje
más plano.
Francisco Rivero. Paisaje de Ejido. 2013. |
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