Creyones de cera.
Una cajita pequeña de unos 24 creyones de cera ( o pasteles
al aceite) descubrí dentro de una gaveta de mi escritorio a comienzos de abril.
Estaban tirados allí en el mayor olvido. Los saqué pues iba a hacer una
limpieza y me quedé mirándolos un rato.
Francisco Rivero. Vista1. 2014. |
Era un día de abril cuando caen las primeras lluvias del año y la montaña
comienza a reverdecer. Los grandes árboles de araguaney con sus flores
amarillas, las copas color violeta de los corpulentos apamates, los bucares,
las casa blancas del primer plano, todo comenzó a brillar de repente en mis
pupilas y la naturaleza elevó un himno primaveral que llegó hasta mis entrañas.
Francisco Rivero. Vista 2. 2014. |
Me vi envuelto en aquel tumulto de
colores y luces y quise dejar algo sobre un pedazo de cartulina, utilizando los
creyones de cera. Fue una inspiración súbita que me hizo pintar todos los
cerros de los andes por donde he pasado gran parte de mi vida.
Francisco Rivero. Vista3. 2014. |
Gracias a Dios que podemos expresar estas ideas de vida,
amor y armonía. El mundo es maravilloso. Compartir el asombro ante tanta
belleza es lo menos que podemos hacer.
Espero que les gusten estos pequeños bocetos hechos a la
carrera, pero con bastante pasión, fuerza constructiva y amor.
Francisco Rivero. Vista 4. 2014. |
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