La pintura al pastel es una técnica muy versátil que permite una gran cantidad de efectos especiales difíciles de obtener con la pintura al óleo. Trabajando con cartulina de colores, se puede usar el color del fondo como parte integrante del conjunto. Este color se esparse por todas partes de manera muy natural. Se crea de esta manera, balance compositivo y un efecto especial de profundidad.
En Mérida la luz lunar es bastante especial. Los antiguos pobladores de estas sierras llamaban a la luna "Chía". Era una divinidad muy honrada en sus mitos y leyendas. La luna en la alta montaña posee poderes mágicos que hacen surgir imágenes surrealistas en los paisajes. Hay una transformación de los colores y las formas sugerentes de visiones extrañas y alucinantes. Salir a caminar desde la media noche hasta la madrugada por los fríos páramos es algo especial. Es reencontrarse con un mundo perdido, poblado de imàgens que se expresan con una fuerza primigenia y avasallante. Son imágenes que tocan los lugares más recónditos de nuestro inconsciente
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La meseta de San Juan. 1992
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En las alturas entre los tres mil y cinco mil metros la flora de la
Cordillera de Mèrida es realmente exhuberante. Estos lugares son llamados
Pàramos. Entre las especies más vistosas tenemos al Frailejon, el cual es una planta autóctona de hojas aterciopeladas y flores amarillas.
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Por el camino del páramo. |
La Cara del Indio es una cresta rocosa de granito sobre la
Sierra de la Culata. Se observa desde la ciudad de Mérida desde cualquier ángulo. Cuando los rayos solares caen hacia el atardecer entonces la sierra se adorna de colores espectaculares.
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La cara del Indio 1993. |
El paisaje xerófilo de la zona de Lagunillas, bajo la luz de la luna, nos muestra sus formas inquietantes. Los montes áridos, erizados de tunas, cardones, pitas y zábilas refuerzan el caracter agresivo y duro. Es una tierra de indios aguerridos desde los tiempos milenarios.
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Paisaje xerófilo de Chiguará. 1992. |
La Cordillera de Los Andes, después de pasar los páramos de
La Negra y
El Batallón, en dirección sur este, va perdiendo altura. El paisaje se humaniza con la intensa actividad agrícola. Antes de llegar a
Pueblo Hondo se abre ante nuestros ojos un valle inmenso que cautiva las miradas.
Esta es una vista del lugar. Este es un dibujo al pastel sobre cartulina de color azul prusia con textura de terciopelo. Es de tamaño medio pliego ( 68 cm x 49 cm). El efecto final me sorprendió mucho, por el brillo casi fosforecente y la fuerza de los colores.
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Paisaje de Pueblo Hondo. 1992. |
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