sábado, 21 de mayo de 2011

El dulce idilio de una lechoza con cuatro plátanos.

Las frutas maduras ponen el color en la naturaleza. La  papaya o lechoza (como se conoce en Venezuela) es una sinfonía  policromática de delicados matices que van desde el verde selvático más intenso, pasando por el ocre de los caminos polvorientos  y el amarillo candela, hasta los rojos más sensuales que se puedan tener bajo la  luz del sol. Es una fruta de gran tamaño cuyo interior va creciendo poco a poco, se hincha como el vientre de una mujer preñada y al romperse nos deja ver el misterio de sus negras semillas cubiertas de un mucilago brillante y transparente. Su pulpa carnosa, abundante y generosa es suave y rosada, de gusto delicado: apenas un poco ácida, con un ligero toque azucarado que acaricia el paladar.  Muy pocos saben  que sirve para curar las ulceras estomacales.

Lechozas, plátanos y naranja. 2003.
Aquí en esta obra hecha con lápices de colores, cuatro plátanos, dos lechozas y una naranja sirven de motivo para un bodegón tropical.
Desde  las tierras bajas de las montañas andinas hasta la gran planicie del Lago de Maracaibo se cultiva la sabrosa lechoza. Allá, en medio de una naturaleza ubérrima rodeada de aire caliente y vaporoso, cargado de humedad tropical se reproducen los lechozos  a placer.  Entre las hileras de las matas de plátano se dan muy bien, junto a las ramas esbeltas de los cacaoteros ( Theobroma cacao), los zapotes (Pouteria sapota), los jugosos nísperos ( Manikara achras) y el dulce guanábano ( Annona muricata).
Lechozas y naranjas. 2003.

1 comentario:

  1. «Las frutas maduras ponen el color en la naturaleza»

    En el modelo LAB del color, la luz percibida se separa en 3 canales: Lightness L, contraste entre verde y rojo A, y contraste entre amarillo y azul B.

    Quizás el azul lo ponen el cielo y el mar, las hojas el verde y las frutas el rojo y el amarillo.

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