martes, 16 de abril de 2013

Las casas al revés.




 La obra literaria del escritor trujillano Olrlando Araujo, consigue penetrar con sus rudas palabras en los recónditos vericuetos de los habitantes de estas tierras frías y empinadas. Yo visualizo esta narración en imágenes poéticas, que se traducen de manera casi instántanea  en unos bosquejos rápidos e inacabados,  pero con una carga expresiva de manchas de colores y líneas que se retuercen,  buscando romper los límites de la forma..

La niebla se queda siempre arriba, pero baja el agua y desciende la neblina y envueltos en ella vienen los parameños silenciosos y bueyes con barbas.
Francisco Rivero. Parameños. 2013

Vienen del frailejón hasta el café como empujados;  y con todas sus fuerzas se prenden de aquella tierra que cae verticalmente sobre el llano. Y así empujados desde arriba, vomitados por la niebla  y perseguidos por cosas horrendas que esa misma niebla oculta, van a construir  sus casas en las calderas que forman las montañas, y las harán con las puertas hacia el páramo, al revés de cómo llegaron y de espaldas al llano, como si el solo mirar les diera grima.
Francisco Rivero. Bajando la montaña. 2013.

Las casa resbalan con el tiempo y entonces las vuelven a construir siguiendo la vertiente del primer arañazo, a jornada completa unas de otras, porque son gente solitaria de nacimiento y callada por vocación, solo que como las levantan en paredes de montañas que forman cuenco, terminar por juntarse y hacer pueblo allá abajo.
Orlando Araujo- Compañero de viaje.
Francisco Rivero.Pueblo en el cuenco 2013.

 Todos los trabajos están hechos con la técnica de pastel graso sobre cartulina Fabrianno, con pinceladas de trementina.
Francisco Rivero. Casas del pueblo. 2013

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