Mostrando entradas con la etiqueta Bodegones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Bodegones. Mostrar todas las entradas

viernes, 29 de enero de 2021

El cuatro venezolano y la mandolina.

 

Cuatro venezolano. 

Un cuatro venezolano puede ser un buen motivo para un bodegón. Tengo un cuatro en mi casa desde hace mucho tiempo. He aprendido a tocar algunas canciones típicas en ritmo de pasaje, como por ejemplo Rosario y tarde Gris.   

El vals venezolano se cultivó en los andes desde finales del siglo XIX,  como música de salón. Con su ritmo de 3/4  y acompañamiento de cuerda , difiere un poco del vals vienes por la sincopa criolla.  Es una música muy romántica que canta al amor, el paisaje y las tradiciones. Muchas ciudades y pueblos andinos han sido objeto de inspiración para un vals. 

Algunas veces tomó mi cuatro y empiezo a  tocar  algunos valses andinos como Preciosa  merideña, Brisas del Torbes  y el famoso Conticinio. Es una forma de entretenerse uno en esta Pandemia, sin salir de la casa. 

 


Cuatro venezolano. Francisco Rivero.
El Cuatro venezolano. Francisco Rivero. 2021



El cuatro venezolano, también denominado cuatro o simplemente cuatro, es un instrumento de cuerda pulsada que posee cuatro órdenes afinadas a razón de: la3, re4, fa#4 y si3. Su peculiar afinación —no totalmente ascendente— es un elemento muy distintivo de otros instrumentos de cuerda. Pertenece a la familia de las antiguas guitarras y guitarrillas españolas, es de tamaño reducido y debe su nombre al número de cuerdas que posee. No debe confundirse con el actual cuatro puertorriqueño de cinco órdenes y diez cuerdas metálicas.


Se puede buscar más información en la Wikipedia. El cuatro.



Cuatro y mandolina.

El cuatro y la mandolina representan el alma musical de nuestra tierra y por lo tanto lo he incluido en algunos de mis bodegones. Ambos instrumentos se prestan muy bien para hacer arreglos de cuadros. Su forma redondeada contrasta con las líneas rectas de las mesas, libros y ventanas del entorno. 

Hice un par de pinturas al pastel sobre cartulina. El de arriba es el cuatro . Abajo tenemos una composición con una mandolina, un libro, un florero y un limón.


La Mandolina. Francisco Rivero. 20121

El bodegón criollo.

Quise hacer un bodegón muy criollo. Estudie primero varios tipos de composiciones haciendo dibujos preparatorios. Finalmente me decidí por una  con elementos típicos venezolanos como son el cuatro, la arquitectura de nuestras casas, el paisaje de los pueblos, las frutas y una botella de ron "Pecho cuadrao". Todo ello relacionado en un entramado de líneas y formas que se acoplan muy bien. El cuadro tiene movimiento. La mirada comienza a fijarse en el extremo izquierdo inferior y luego va subiendo en una diagonal hasta llegar al extremo derecho superior. 


Para ello use una armonía cromática bastante simple basada en colores primarios: Amarillo, azul y rojo, que por cierto, son los colores de nuestra bandera. ES un juego de colores bastante vibrante. 

Es un cuadro de formato 50x60 pintado  la acrílica. 

Bodegón criollo. Francisco Rivero.


sábado, 21 de mayo de 2011

El dulce idilio de una lechoza con cuatro plátanos.

Las frutas maduras ponen el color en la naturaleza. La  papaya o lechoza (como se conoce en Venezuela) es una sinfonía  policromática de delicados matices que van desde el verde selvático más intenso, pasando por el ocre de los caminos polvorientos  y el amarillo candela, hasta los rojos más sensuales que se puedan tener bajo la  luz del sol. Es una fruta de gran tamaño cuyo interior va creciendo poco a poco, se hincha como el vientre de una mujer preñada y al romperse nos deja ver el misterio de sus negras semillas cubiertas de un mucilago brillante y transparente. Su pulpa carnosa, abundante y generosa es suave y rosada, de gusto delicado: apenas un poco ácida, con un ligero toque azucarado que acaricia el paladar.  Muy pocos saben  que sirve para curar las ulceras estomacales.

Lechozas, plátanos y naranja. 2003.
Aquí en esta obra hecha con lápices de colores, cuatro plátanos, dos lechozas y una naranja sirven de motivo para un bodegón tropical.
Desde  las tierras bajas de las montañas andinas hasta la gran planicie del Lago de Maracaibo se cultiva la sabrosa lechoza. Allá, en medio de una naturaleza ubérrima rodeada de aire caliente y vaporoso, cargado de humedad tropical se reproducen los lechozos  a placer.  Entre las hileras de las matas de plátano se dan muy bien, junto a las ramas esbeltas de los cacaoteros ( Theobroma cacao), los zapotes (Pouteria sapota), los jugosos nísperos ( Manikara achras) y el dulce guanábano ( Annona muricata).
Lechozas y naranjas. 2003.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Pintando bodegones

El bodegón es  un género pictórico, bastante tradicional, que sirve para enseñar el antiguo arte de la pintura al óleo.  Los bodegones recrean la vista de manera  sabrosa y apasionante. Resulta agradable a los ojos   los trastes de cocina, las carnes, las suculentas verduras y el colorido de las  frutas.
 El  color turgente, las formas sensuales y las texturas provocativas, que vemos en las frutas y hortalizas, nos  abren el apetito.

En enero de 2005 como no tenía nada que hacer, ofrecí un curso de pintura gratuito, dirigido a  mis colegas profesores de la Universidad de Los Andes y sus familiares.
Inmediatamente que anuncié el curso, pensé en trabajar con bodegonnes del natural.  Como parte de los preparativos iniciales, me documenté bien con los grandes maestros de la pintura. En particular, Velazquez fue un maestro del bodegón. Mirando  sus pinturas me permitió extraer algunos conocimientos teóricos, que han resultado ser muy valiosos. Tambien debo mencionar todo lo que yo aprendí cuando estudiaba  los  pintores de las escuelas barrocas  flamenca y hoandesa. Entre los maestros modernos del bodegón, creo que debemos  mencionar a Cezanne, Matisse y Picasso.

El curso fue una experiencia agradable, compartída por todos los asistentes. Fueron momentos   de distensión y amistad, compartidos por un pequeño grupo de iniciados. Basicamente, nosostros trabajamos bodegones pintando directamente al  natural. Una parte importante del curso, que llevaba algo de tiempo y dedicación fue  la colocación de los elementos a pintar. Esto generaba discusiones.  ¿Donde pongo esta piña? ¿Muevo un poco aquella cafetera? ¿Serà que el mantel tiene muchos pliegues? El arreglo compositivo del cuadro es fundamental para el éxito.
Pintábamos unas tres o cuatro horas hasta obtener algunos resultados aceptables. Luego nos comíamos las frutas   a la hora de la  merienda. Usé la técnica del oleo y el formato de 40 x 50 cm. Trabajamos las dos técnicas de la pintura: pintura directa  y  pintura por etapas. Al final, hubo un acto de reconocimiento, como en las escuelitas de primaria.   Hicimos una pequeña exposición abierta al público con los mejores trabajos. La gente quedó feliz y yo aprendí muchísimo.

Insistí   en el curso que nuestros bodegones deberían poseer el carácter  tradicional andino. Por tal motivo, los recipientes eran de barro cocido, lo cual es muy típico de Mérida. Las frutas y hortalizas eran  del lugar.  Inclusive, el vino de las garrafas y botellas era  también local. Se  llama vino Pasita y está  hecho a base de cambur.

Bodegón con tres naranjas. 2005.
La piña de abajo es del pueblito de  Capacho en el Estado Táchira. La cesta que aparece en esta pintura, es usada por los campesinos para  recoger los granos de café. Esta cesta  proviene de la región  de Tovar.

Piña, melón y naranjas. 2005.
La cerámica de barro para la cocina, con vasijas, jarros y platos, e un tema muy pintoresco. Las piezas  están hechas   de diversas formas. Estos cacharros representan  un elemento típico merideño, y por tal motivo  las incorporamos en nuestras obras. Algunas son poseen una superficie brillante,  por el esmalte del acabado. Debemos  lograr  los efectos del reflejo, trabajando con mucho cuidado.

Vasijas de barro. 2005.
También usamos frutas de otros paises como manzanas, peras y uvas. Inclusive colocamos  losa tradicional en nuestras composiciones. La pintura de abajo gustó mucho. Coloqué una fotografía  de esta pintura en mi página web y una compañía me solicitó permiso para usarla.

El desayuno. 2005.
Un conjunto de botellas vacías bajo una luz cenital puede ser un motivo pictórico interesante.

Botellas y pimentones. 2005.
El estilo naif refleja  humanismo y honestidad frente al hecho pictórico. En este cuadro apuesto por la liberación del color y la sencillez geomètrica de las formas

Fiesta tropical. 2005.
La comida salada es algo más suculenta. La sopa está siendo preparada con papas andinas y auyama. Los tonos violetas y rosados del fondo le dan un ambiente de calidez al cuadro.

Bodegón con botella de vino. 2005.
El sancocho es nuestro plato predilecto. Una mezcla de variados ingredientes que se combinan con los secretos de algunos cocineros expertos. La pintura de abajo es un sancocho de colores. La foto la presté a un blog de cocina de un amigo.

El sancocho. 2005.