sábado, 9 de octubre de 2021

La mujer y el dragón

 

Un cuadro religioso.

De  una de las paredes de la sala de mi casa, la que da hacia el norte,   cuelga un cuadro religioso. No me acuerdo cuando lo pinté. Es una parte importante del mobiliario de la casa. La gente cuando entra se queda viéndolo con atención. Es una estampa de la virgen interpretada por un artista anónimo  del Tocuyo, Estado Lara... Una virgen un poco extraña envuelta en un manto verde de perfiles geométricos, que ahora, después de leer el libro del Apocalipsis, entiendo mejor. No es una virgen cualquiera casta y purísima, de estilo  tradicional de esas que vemos en las iglesias de los pueblos.

La mujer y el dragón.


A veces me pongo  observar algunos cuadros que he pintado hace muchos años, para entretenerme en las horas de ocio. En esta pandemia del 2021, la vida nos ha cambiado a todos. Busco señales entre mis pinturas de algunos símbolos o señales de carácter premonitorios de esta tragedia de la humanidad, que pueda arrojar alguna luz sobre este gran misterio.

Me hago varias preguntas: ¿Por qué ocurren las pandemias? ¿Es un mecanismo secreto de Dios para castigar  a la humanidad? ¿Cuál ha sido el mal que ha desencadenado todo esto?

¿Virgen María o Pueblo de Israel?

La iconografía cristiana es algo confusa. Cada personaje y objeto tiene un significado que hay que interpretar. Esto es lo bonita de la pintura. Un arte de representación e interpretación. Cada quien ve las cosas y las piensa su manera. De Igual manera La Biblia presenta diversas alegorías que hay que interpretar.

Esa mujer que pinté con un  dragón a sus pies y una corona de doce estrellas no es la Virgen María. Entonces ¿Quién es ella? ¿A que ser  de la religión  cristiana representa?

El Apocalipsis, Libro 12.

A continuación trascribo el libro 12 del Apocalipsis, para hallar respuestas. ES un libro que anuncia el segundo renacer de la Humanidad.

 

12  Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.

2 Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.

3 También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas;

4 y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.

5 Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.

6 Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.

7 Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles;

8 pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.

9 Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.

10 Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.

11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.

12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. !!Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.

13 Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón.

14 Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.

15 Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río.

16 Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca.

17 Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.