lunes, 20 de diciembre de 2010

Los recios paisajes en San Juan.

El pequeño pueblo de San Juan de Lagunillas y sus alrededores, poseen   un clima muy sano. Son lugares de son de tierra seca, luz cristalina  y aire caliente. Allí hay algunos retiros para los ancianos, debido a las propiedades curativas de este clima. La luz inunda los campos con una gama sorprendente de colors cálidos, desde los tierras y ocres hasta algunos amarillos claros con matices de azufre y limón. El sol sobre el cielo azul cobalto, con su imponente  presencia  achata el paisaje. La tierra de los  pequeños valles y hondonadas està casi siempre cubierta de una menuda yerba, que hace cabrillear la luz  al mediodía. De repente un solitario cardón rompe con la monotonía del paisaje, elevando sus brazos al cielo como un enorme candelabro vegetal. Los cujíes son árboles autóctonos de esta región. Sus finas hojas filtran la luz, en millones de pequeñas manchas, creando una pintura puntillista.

Cujíes de San Juan. 1992.
Los cerros erosionados por el aire tan seco, son parte de un paisaje bastante peculiar, que atrapa la visión. Es un microclima de esta cordillera, que hace cambiar drásticamente la vegetación. Desde el poblado de Puente Real se inciaba el antiguo camino que conducía hacia los poblados del Sur Merideño. ESte lugar era el paso obligado de los  arreos de mulas, que llevaban el café hacia Mérida.
Por el camino de Puente Real.
Todavía quedan muchos trapiches que muelen la caña para extraer su rica miel y convertirla en la morena azucar. Es una actividad ancestral, que no ha cambiado mucho en cuanto a técnicas a lo largo de los siglos.

Trapiches de San Juan. 1992.
Lagunillas es tierra de tradiciones indígenas que aún se mantienen.
Tierras de lagunillas. 1993.
El verde profundo de los cañamelares contrasta con los cerros de lomos tostados en San Juan. Aquí también se produce el tabaco y una pasta negra llamada Chimó, que emborracha como el alcohol. Lagunillas es tierra de Chamanes de las tribus Quinoraes y Jamuen.
Cañamelares en san Juan. 1993.
El sol y la luz transforman la visión en algo fantástico.

Paisaje. 1993.

Bajo la pálida luz de la luna

La pintura al pastel es una técnica muy versátil que permite una gran cantidad de efectos especiales difíciles de obtener con la pintura al óleo. Trabajando con cartulina de colores, se puede usar el color del fondo como parte integrante del conjunto. Este color  se esparse por todas partes de manera muy natural.  Se crea de esta manera,  balance compositivo y un efecto especial de profundidad.
En Mérida la luz lunar es bastante especial. Los antiguos pobladores de estas sierras llamaban a la luna "Chía". Era una divinidad muy honrada en sus mitos y leyendas. La luna en la alta montaña posee poderes mágicos que hacen surgir imágenes surrealistas en los paisajes. Hay una transformación de los colores y las formas sugerentes de  visiones extrañas y alucinantes. Salir a caminar desde la media noche hasta la madrugada por los fríos páramos es algo especial. Es reencontrarse con un mundo perdido, poblado de imàgens  que se expresan con  una fuerza primigenia y avasallante. Son imágenes que tocan los lugares más recónditos de nuestro inconsciente



La meseta de San Juan. 1992



En las alturas entre los tres mil y cinco mil metros  la flora de la Cordillera de Mèrida es realmente exhuberante. Estos lugares son llamados Pàramos. Entre las especies más vistosas tenemos al Frailejon, el cual es una planta autóctona de hojas aterciopeladas y flores amarillas.


Por el camino del páramo.
La Cara del Indio es una cresta rocosa de granito sobre la Sierra de la Culata. Se observa desde la ciudad de Mérida desde cualquier ángulo. Cuando los rayos solares caen hacia el atardecer entonces la sierra se adorna de colores espectaculares.

La cara del Indio 1993.
El paisaje xerófilo de la zona de Lagunillas, bajo  la luz de la luna, nos muestra sus  formas inquietantes. Los montes áridos, erizados de tunas, cardones, pitas y zábilas refuerzan el  caracter agresivo y duro. Es  una tierra de indios aguerridos desde los tiempos milenarios.


Paisaje xerófilo de Chiguará. 1992.
 La Cordillera de Los Andes, después de pasar los páramos de La Negra y El Batallón, en dirección sur este, va perdiendo  altura. El paisaje se humaniza con la intensa actividad agrícola. Antes de llegar a  Pueblo Hondo se abre ante nuestros ojos un valle inmenso que cautiva las miradas.
Esta es una vista del lugar. Este es un dibujo al  pastel sobre cartulina de color azul prusia con textura de terciopelo.  Es  de  tamaño medio pliego ( 68 cm x 49 cm). El efecto final me sorprendió mucho, por el brillo casi fosforecente y la fuerza de los colores.

Paisaje de Pueblo Hondo. 1992.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Paisajes de Mérida, Venezuela.

Los Paisajes de Mérida. 


Hoy les presento algunas de mis  obras realizadas al pastel, entre los años 1991-93. Recuerdo  que el descubrimiento de esta técnica de  pintura al  pastel, significó un gran acontecimiento en mi vida. Gracias a ello,  puedo expresar  todo un mundo de imágenes.  Son imágenes   que nacen de  la contemplación  del paisaje. Me estoy refiriendo, por supuesto, a  los maravillosos  paisajes de los Andes Venezolanos.

Paisajes de Mérida, Venezuela  al pastel.


La pintura de pastel es  seca. El soporte ideal es un tipo de cartulina especial, que tiene ciertas rugosidades en donde se sostiene el polvo. La pintura  se agarra bien a la cartulina y se pueden mezclar los colores frotándolos con los dedos. Esta  viene en barras de casi todos los colores y tonalidades. Son pigmentos quimicamente puros fijados con un aglutinante, y por esta razón,  los colores apenas cambian con el tiempo. La técnica posee algunas ventajas sobre el óleo. Por ejemplo,  usando el pastel  podemos  trabajar más rápido. Además, al no tener aglutinantes que lo fijen como el aceite, las obras no pierden su calidad en el tiempo. Sin embargo,  por ser un polvo, la pintura al pastel  es muy delicada. No se puede manipular mucho porque  entonces la pintura se borra fácilmente. Por esto, una vez que la obra esté acabada, debemos guardarla en un sitio seguro, o bien enmarcarla.

Vista de los Andes. Francisco Rivero. pastel.
Vista de Los Andes de Venezuela. Francisco Rivero. 1990.



Las obras al pastel de pintores modernos como Tolouse-Lautrec, Odilon Redon, Degas y Picasso. Todas ellas traducen frescura, además de espontaneidad. Quise poder pintar como ellos, para lo cual  decidí  aprender por mi propia cuenta.

Como todas las cosas nuevas que emprendemos, al comienzo fue algo difícil. Después de estudiar un libro donde explicaban lo básico sobre la pintura al pastel, y prácticar mucho logré mi objetivo. Al comienzo pintaba flores. Resultó fácil después poder pintar estos paisajes.

Me gusta salir  al campo y explorar los pequeños puebos perdidos entre los valles de las cordillera. Uno siempre se encuentra con pequeñas sorpresas en ellos. Son pueblos pacíficos donde la gente vive al ritmo  marcado por la naturaleza. 


En esos lugares no hay prisa ni preocupaciones, pues los días transcurren en una continuidad vital. No hay    alteraciones extrañas producidas por el "progreso".
El paisaje de abajo pertenece a la montaña alta, un poco más de 3000 metros sobre el nivel del mar, en el pequeño pueblo de  Apartaderos.  A su lado transcurre plácidamente el Río Chama
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Alto Chama. Francisco Rivero, Pastel.
Alto Chama- 1991
 


Bajando de este  lugar hacia la región de Los Llanos de Venezuela, se encuentra el pueblo de Santo Domingo. Un bello rincón situado a la orilla de la Carretera Trasandina. Es un lugar turístico rodeado de verdes montañas del bosque nublado.


Santo Domingo. Pueblo andino. Francisco Rivero. Técnica del Pastel.oSanto Domingo- 1992


Ahora tenemos una vista del pueblo de San Rafael de Mucuchíes. Esta pequeña población se encuentra sobre una pequeña meseta. La meseta está  cortada en sus estribaciones por el río. San Rafael es un lugar algo frío debido a la altitud. En realidad es el pueblo más alto de Venezuela. El aire del lugar es puro, limpio y transparente.


Acuarela del río. Francisco Rivero.
Acuarela del río- 1991


Ver más paisajes: Viaje a Seboruco.