martes, 26 de enero de 2021

Un ramillete de flores

 Un Ramillete de flores.

Uno de los temas favoritos de los pintores son las flores. Ellas permiten desarrollar una amplia gama de combinaciones  de colores con bastante libertad y creatividad individual. Las flores trasmiten la sensación de belleza, lozanía y frescura.

¿Por qué las flores tienen colores tan llamativos?

Esos colores tan atractivos de las flores en las plantas  tienen una función bien definida: atraer a los insectos y a los pájaros para que la polinización  y poder  así  reproducirse.


Rosas rojas. Francisco Rivero. Pastel.
Francisco Rivero. Flores 1. 2021.



Los colores de las flores se deben a las moléculas de pigmentos que se acumulan en sus pétalos -y a veces en otras partes de la flor. Así como la clorofila proporciona el color verde de las hojas y los tallos.  Hay pigmentos de varios tipos que, combinados, dan lugar a un rango de colores muy amplio.

Están, por ejemplo, los carotenoides que también son los responsables del color rojo, naranja o amarillo de muchos frutos, o los alcaloides como la betaína que da su color rojo sangre a la raíz de la remolacha.

Pero los pigmentos florales más extendidos en las diferentes especies son los flavonoides, que normalmente producen pigmentos de color azul y amarillo

Hay muchas maneras de pintar las flores, dependiendo de los distintos tipos de especies, pero también de la técnica empleada, así como la forma de presentación.

El jarrón de flores en el arte europeo.

El bouquet de flores en un jarrón, jarra o florero es una de las imágenes más representativas de la cultura occidental.   En las primeras pinturas al óleo, en los inicios del renacimiento aparece ya el florero cómo un motivo esencial en algunos cuadros religiosos.  Tal es el caso del Retablo de Mérode del pintor flamenco Robert Campin que tiene en la parte central la Anunciación en donde hay una estancia ricamente decorada con una mesa en el centro. Es una pintura sobre tabla de tres paneles que se halla en el Museo metropolitano de Nueva York.  Sobre la mesa vemos un libro, un candelabro y un bello jarrón que contiene tres lirios blancos.

Durante el periodo barroco en Holanda y Flandes, encontramos muchos pintores de género, algunos de ellos especializados en flores cómo  por ejemplo Jan Van Huysum. Más adelante a comienzos del siglo XIX nos encontramos con la obra de Arnoldus Bloemers, otro gran pintor de flores de estilo bastante realista.  Durante el romanticismo, tenemos pocos ejemplos de naturalezas muertas y flores.  Quizás, por ser un tema de carácter sereno y reflexivo, en contradicción con el sentido agitado y heroico de este movimiento.

Rosas amarillas. Francisco Rivero.2021.
Flores amarillas. Francisco Rivero. 20121.


En el arte moderno, el tema de las flores reaparece. Algunos pintores franceses como Claudio Monet y Pierre Augusto Renoir, fueron  amantes de los jardines y las flores. Nos han dejado excelentes pinturas en este género.

Pintores postimpresionistas como Vincent van Gogh, pintó los famosos doce girasoles en 1888, inspirado en otros girasoles de Monet.  Paul Gaugin, Odilón Redon, Valloton , Paul Cezanne y otros también pintaron flores en algún momento, cada uno dentro de su estilo particular. Un pintor naïf   como Henri Russeau pintó varios jarrones de flores de colores llamativos en composiciones bastante simétricas.

En el siglo XX, la artista norteamericana Georgia O´Keefe pintó flores de gran tamaño, que tienen gran movimiento y colorido.

El clásico Bouquet.

Las flores en ramilletes o bouquets , esto es  formando un conjunto de unas cuantas sobre un fondo indefinido, son  una buena opción para el principiante, por la sencillez del dibujo.

Bouquet. Francisco Rivero.
Bouquet. Francisco Rivero. 20121


Pinté varias flores al pastel sobre cartulina de colores. Son arreglos bastante clásicos que vienen en las revistas de pintura. Emplea una gama de colores muy suaves al pastel, bsajo unas iluminación tenue. Todo es relajante para la vista.

jueves, 21 de enero de 2021

La Paradura del Niño.

 La Paradura en el Estado Mérida, Venezuela.

Estamos a comienzos de año en un día luminoso del mes de Enero. Hoy   asistimos a casa de unos viejos amigos, quienes celebran hoy la paradura del niño. Una vez traspasado el umbral de la vivienda, se percibe la actividad propia de los preparativos del ritual en el hogar doméstico donde ya vemos a los invitados que van llegando y se sientan en sillas de suela o bancas de madera alrededor del pesebre.Un olor a hallaca que viene de la cocina, entretejido con los efluvios perfumados del encinillo, díctamo y demás hierbas del pesebre se cuela entre las puertas y postigos de las ventanas. 

La gente se ubica de acuerdo a su jerarquía y grado de filiación con la familia hasta llenar la pequeña sala: los mayores del círculo familiar en los puestos de adelante, muy próximos al pesebre, y la gente joven o parientes más alejados hacia la parte de atrás e inclusive fuera del recinto en los corredores, el saguán y el patio central donde se van formando grupos de conversación muy animada.

 


La Paradura del niño. Francisco Rivero. Oleo
La Paradura. Francisco Rivero. 1995.


La Paradura se celebra cualquier día, entre el primero de enero y el 2 de febrero. Pinte un gran cuadro de 80  x 100  cm. con este tema. Creo que lo tiene mi sobrino Leonardo Rivero allá en Madrid.

Nos sentamos en el corredor de la casa a conversar con Juan, el dueño de la casa, quien hace poco nos ha presentado a sus padres, un par de ancianos cercanos a los 80 años, de pelo blanco y rostro rubicundo curtido por el sol, quienes viven en una pequeña finca cerca de Mérida. Afuera en la calle ya comienzan a lanzar cohetes para anunciar a todo el mundo con orgullo, que hay una paradura en casa.

 

La Paradura  del niño en un ambiente de muy sano festejo


 La gente grande charla amigablemente y se ríe de cualquier cosa mientras los chiquillos corren de un lado a otro haciendo de sus tremenduras. Los músicos ya han llegado y son atendidos con mucha deferencia por los dueños de casa, sentándolos enfrente del pesebre en sillas previamente reservadas para ellos. Poco a poco van afinando los instrumentos que han traído para esta ocasión: violines, guitarras, tiples, cuatros y maracas.

 

Ahora comienzan a tocar música algo ligera y alegre como valses, joropos, paseos y merengues para animar el ambiente.

Juan y su esposa Isabel se van moviendo entre los invitados ofreciendo un blanco ponche andino en vasos pequeños, que la gente agradece con placer

- Este ponche le ha quedado muy sabroso- le digo a Isabel, mientras termino mi vaso con fruición no disimulada.

- Es ponche casero- nos comenta, lo hicimos acá en la casa con ron, leche condensada, flan y una pizca de canela.

 Traigan el bizcochuelo.

Mientras tanto en la cocina, las hijas de Juan y algunas primas trabajan como abejas en una colmena, preparando los platos y bebidas que se habrán de repartir. Ya el bizcochuelo ha salido del horno y los están cortando en tiras alargadas. Otras jóvenes voluntarias se encargan de ir calentando las hallacas en enormes ollas de barro. Isabel saca del escaparate de su cuarto una caja conteniendo las velas. Un hermano de Juan entra y sale de la cocina a cada rato, llevando cerveza fría de la nevera para repartir a sus amigos quienes se encuentran en la calle. La alegre algarabía del parloteo de las comadres, los gritos de los niños, y el ruido estruendoso de la pólvora crispan el ambiente de la casa.

 

De repente Isabel se acerca al pesebre, con las velas y le ordena a su esposo

- A ver Juan, dígale a la gente que se vaya acercando pues vamos a comenzar con la paradura del  niño.

- Vengan los cuatro padrinos para darles sus velas especiales- nos dice

 

Me acerco al pesebre junto con mi esposa, pues hemos tenido el honor de haber sido nombrados padrinos de la paradura, junto con otra joven pareja, familiares de Juan. Ser padrino significa honrar al niño, ejecutando el ritual con todos los pasos. Nunca son padrinos los dueños de casa, a menos que sea una paradura muy reducida en la estricta intimidad familiar.

 

Violinista, Francisco Rivero. 1992.
Violinista,. Francisco Rivero. 1992.

Los padrinos de la paradura, que siempre deben ser cuatro, recibimos velas especiales de un color llamativo, en este caso rojas, y al resto de los invitados se les entregan velas blancas o amarillas algo más pequeñas. La gente se pone toda de pie, y se hacen la señal de la cruz, mientras se van encendiendo las velas poco a poco. Y ahora comienza a escucharse el canto de los músicos quienes describen el proceso de la paradura en versos hexasílabos muy sencillos y llenos de gran devoción cristiana.

Los cantos de la paradura.

Dos hombres cantan a dúo en voz alta con tonos muy agudos los versos, mientras la música los acompaña. La imagen del niño la levantamos del pesebre y la colocamos en un pañuelo grande de seda, y ahora lo levantamos con cada una de sus puntas sostenida por uno de los padrinos. Luego lo paseamos en procesión, por todos los ámbitos de la vivienda y posteriormente por la calle, con los músicos encabezando el grupo, más atrás los padrinos y luego los invitados con las velas encendidas.

Pequeña paradura. Francisco Rivero. 1992.
Pequeña paradura. Francisco Rivero.


 

Mientras se lleva a cabo el paseo se oyen las descargas de mortero y los fuegos artificiales en el patio de la casa y la música de los violines en arpegios de gran emoción. Una vez concluido el paseo, la imagen del niño se vuelve a colocar, esta vez de pie, en el pesebre. Se apagan las velas, se hacen las peticiones por parte de los señores de la casa y luego cada uno de los asistentes besa la imagen del niño.


sábado, 16 de enero de 2021

Pinturas de los Andes.

 

Pinturas al oleo de los Andes: Viaje a Seboruco.

Hace ya bastantes años, en 1993 exactamente, hicimos un viaje a Seboruco para visitar los familiares de mi esposa. Salimos temprano pues el trayecto es largo. Además llevábamos carne para asar en Las porqueras, un parque muy bonito que se encuentra un poco  antes de llegar  a La Grita. En aquella época se viajaba de manera cómoda y segura por carretera. Había estaciones de servicio en donde surtían gasolina las 24 horas al día. En los sitios de parada para los turistas se podían consumir pasteles, empanadas y refrescos a precios bien solidarios.

Montañas del Táchira, Páramo de la Negra, Cuadro al oleo de Francisco Rivero. 1993.
Montañas del Táchira. Páramo de la Negra.Francisco Rivero. 1993.


Para pintar al oleo nada como hacer el viaje turístico desde la ciudad de Tovar a Seboruco es de hermosos paisajes, siguiendo la ruta de la vieja carretera Trasandina, que atraviesa páramos, valles y ríos. 


Un paisaje formado  a la medida del hombre, con campos de cultivos de papas, zanahorias y otras hortalizas que matizan de verde los suaves lomos de los    cerros. De repente, al final de una curva surge un pueblito envuelto en la neblina, con sus casas blancas y tejados de naranja intenso, destacándose entre oscuros pinares. La brisa trae aromas de campo, del cilantro, y del  cebollín. El  olor de los potreros se eleva lentamente  y la tierra fresca que brota  en los surcos dejados por el arado de los bueyes, agita los sentidos.  


Paisaje de la Grita. Pintura al oleo de Francisco Rivero. Año 1999.
La Grita. Francisco Rivero. oleo 1993.


Después de detenernos en Las porqueras, bajamos hasta la Grita. Entramos a la Basilica a visitar el Santo Cristo.

Plaza e Iglesia de Seboruco, Estado Táchira, Venezuela.. Francisco Rivero. Año 1992.
Iglesia de SEboruco. Francisco Rivero. 1993.


Al fin llagamos a Seboruco, un pueblo encantador de clima cálido con una iglesia muy especial pues tiene tres torres de campanario.  

PRINCIPALES ACTIVIDADES ECONOMICAS Zona que presenta una excelencia agrícola ya que se producen con alta calidad el tomate, cambur, café, caña panelera y cebollín como cultivos principales cuenta con unidades intensivas de explotación lechera y unidades extensivas con animales criollos y mestizos.

Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Municipio_Seboruco.


 Pintando en la Mesa de Ejido. 

Quise pintar un cuadro al óleo sobre un tema de los Andes. 

Cuando quiere ir hacia Jají desde Mérida, siguiendo otra ruta, entonces lo hace por La Mesa de Ejido. La Mesa es una toponimia muy común en estas regiones andinas.  ¿ Cuántos pueblos que se llaman La  Mesa hay en Mérida? 


  1. 1.                   Mesa de  Bolívar.
  2. 2.       Mesa de Quintero.
  3. 3.       Mesa de Moreno.
  4. 4.       Mesa Julia.
  5. 5.       Mesas de los Indios.
  6. 6.       Mesa de las Palmas.
  7. 7.       Mesa de Adrián.
  8. 8.       Mesa de Mococón.
  9. 9.       Mesa del Carmen.

Tomado de mi libro Visitando Mérida: 


 La Mesa de Ejido, como su nombre lo indica, está ubicada sobre una meseta bastante alta a 1.427 metros de altitud sobre el nivel del mar, a mitad del camino entre las tierras áridas de San Juan y el bosque frío y nublado de la Cordillera de La Culata. Sus suelos de origen aluvial son bastante fértiles. Esta posición tan estratégica, al disponer de un clima templado agradable, con una temperatura media de 19.1 °C, una precipitación media anual de 995 m.m. y estar cerca de las fuentes de agua, propició el establecimiento de comunidades indígenas desde la época precolombina. En la actualidad cuenta con una población de 3.784 habitantes.

Su Plaza Bolívar situada en la parte más llana de la meseta, ofrece jardines de flores primorosamente cuidados y pinos enanos, de copas esféricas, que forman laberintos entre las caminerías y bancos de cemento. Desde allí se observan algunos de los más hermosos paisajes de los Andes venezolanos.

En el centro de la plaza, se alza el busto del Libertador. Una sensación inefable de recogimiento, lírico encanto se respira en la Mesa de Ejido. De  recoleta intimidad,   la pequeña plaza, transmite un sentimiento de paz que proviene de su rústica sencillez y el casto silencio que reina en sus alrededores. Los tallos esbeltos de unas enormes palmeras, que dibujan sus siluetas frente al azul del cielo, semejan centinelas gigantes del poblado.

La Mesa de Ejido. Francisco Rivero.
La Mesa de Ejido. Francisco Rivero.



Su pequeña iglesia presenta una sola nave con crucero. Con techo de tejas a dos aguas, torre cuadrada y algo chata, es una construcción de estilo tradicional andino, de encantadora sencillez por su autenticidad arquitectónica. Posee una única entrada a través de una puerta doble de madera claveteada, en forma de arco ojival. La antigua iglesia se derrumbó y sobre ella se reconstruyo la actual en 1912. La puerta de madera es de la iglesia original. 

Nos despedimos, con una sabrosa torta de auyama de esas que venden en una esquina de la Plaza. Al llegar a casa pinté este paisaje de los Andes.


sábado, 12 de diciembre de 2020

El puerto de la Guaira.

El Puerto de La Guaira.

Sumamente difícil conseguir en Venezuela materiales para las artes plásticas. Con la crisis económica han desaparecido los proveedores y algunos pequeños comerciantes hacen esfuerzos para traer cosas desde Colombia o bien comprando por Amazon. 
 Mi hija me hizo un encargo de pintar una acuarela sobre un puerto venezolano. Mis materiales ya se han agotado. No pude conseguir los colores de la acuarela aquí en Mérida, ni tampoco el papel. Así pues tomé la decisión más fácil y práctica: me decidí por la técnica acrílica. Pinté el puerto de la Guaira con su nuevo terminal de carga para grandes contenedores, construido en el año 2014 por la empresa portuguesa Texeira.

Este puerto tiene una historia interesante. Recién fundada La La Guaira, es tomada por piratas neerlandeses. Diego de Osorio, se retira a Caracas en busca de refuerzos y antes de volver, el cacique Guaicamacuto ataca por sorpresa a los piratas ingleses comandados por Amyas Preston, de la flota de Sir Walter Raleigh. Aunque Preston dejó a un lado La Guaira y llegó a Caracas por un sendero indígena que comenzaba en Macuto, los españoles decidieron fortificar el puerto, mejorar y controlar un solo camino y por consiguiente eliminar las picas secundarias.
En época colonial La Guaira se convirtió en un punto importante para el comercio con las Antillas y Europa. Desde 1730 opera la Real Compañía Guipuzcoana constituida en virtud de una Real cédula del rey Felipe V para controlar el contrabando de los neerlandeses y consolidar el monopolio comercial en particular de rubros agrarios como el cacao, el tabaco, el algodón y el índigo

El mar Caribe. 

 El mar con sus distintos tonos de azules marca la clave cromáica de este cuadro. El Caribe es de muchos colores. Azul profundo cuando lo tenemos cerca, luego en los planos medios,  se agita el agua y es de un verde esmeralda. En la lejanía cerca del horizonte, el mar se vuelve de un tono azulado claro cercano al violeta.

En los atardeceres el mar cambia de color con los últimos rayos del sol.

Atardecer. Francisco Rivero.t
Atardecer. Francisco Rivero.


Recuerdos familiares. 


 El puerto de La Guiara es la entrada y salida marítima de los venezolanos y los que llegaron de otras tierras hace mucho, como mi familia en los años 40. Mis padres vivieron primero en Caracas, pero al año siguiente se mudaron a Maiquetía. En aquella época, Maiquetía era un pequeño pueblo a donde iban los caraqueños a tomar baños de mar. Muchos pintores fueron a esos lugares en busca de inspiración, cómo el famoso Armando Reverón. Mis padres lo conocieron y visitaron su cueva donde tenía el estudio.
Aquí nació mi hermana Carmen en 1946. Así pues la Guaira trae recuerdos familiares.



El nuevo terminal. 


 El Presidente de Venezuela, inauguró el 28 de abril de 2017 la Terminal Especializado en Contenedores (TEC) en el Puerto de la Guaira, en el estado Vargas, lo que permitirá el arribo de embarcaciones con esloras de hasta 335 metros, vale decir de una capacidad de carga de entre 4.000 y 8.000 contenedores.

El Gobierno de Venezuela, estima que la obra reducirá en más del 250% los tiempos de operaciones en el puerto y modernizarán todo el procedimiento de carga y descarga.

La modernización de este puerto, contó con una inversión de US$398 millones, fondos que provinieron del fondo China-Venezuela y del fondo Energético Pdvsa, formando parte de un convenio comercial entre Venezuela y la empresa de Portugal, Texeira Duarte.

La TEC, cuenta con seis grúas STS, que permitirá la atención de barcos Post Panamax. Esta maquinaria garantiza la reducción en el tiempo de desembarque de los contenedores.

Las grúas, provienen de China y agilizarán la atención de las embarcaciones de manera simultánea. La acometida de este proyecto generó cerca de 1.400 empleos entre directos e indirectos.

El Puerto d ela Guaira, Oleo Francisco Rivero, venezuela 2020.
El Puerto de la Guaira. Francisco Rivero. 2020.

jueves, 16 de abril de 2020

Tovar, Tabay, Torondoy, Timotes y Tucaní: Pueblos con tes.


Tovar, Tabay, Torondoy, Timotes y Tucacní


Son todos ellos pueblos del Estado Mérida, cuyos nombres comienzan con la letra T. Ello son, pues los cinco  Pueblos con  tes. Son cinco pueblos repartidos por la geografía merideña


Es increíble el desconocimiento de nuestra geografía regional del Estado Mérida, por parte de los estudiantes y aun de las mismas maestras.

Tovar, Pastel. Francisco Rivero  , Mérida, Venezuela
Francisco Rivero. Calle de Tovar. 1990.

En varios de los talleres que dimos por todo el estado siempre poníamos a la gente a pensar con la siguiente pregunta o acertijo: Diga cuáles son los pueblos de Mérida que comienzan por la letra  T.  Muchos jóvenes se quedaban pensando y no acertaban  dar la respuesta completa. Creo que los que fracasaban no lo hacían por falta de agilidad mental, sino más bien por no ejercitar la memoria y desconocer la geografía regional.


En estos largos de días de encerramiento por la Pandemia, y para no aburrirme en casa, me puse a componer una décima relacionada con  estos cinco pueblos. Como los conozco bien a todos no me faltó inspiración para esta tarea tan poética.

Los pueblos con T.

En una tarde feliz
Viniendo de Torondoy
Un día tal como hoy
Vi una negra en Tucaní
Y mi celular le dí
En Tovar la vi bailar
Y nunca podré olvidar
Aquellos pechos grandotes
Que de Tabay  a Timotes
Hacían la tierra vibrar.

Tucani sabor a  Cacao.

 En el pueblo de  Tucaní, Estado Mérida,se produce el mejor Cacao del mundo. Su iglesia tiene una torre bastante delgada y esbelta que sobresale en el horizonte desde la distancia.
Por la vía Panamericana entre El Vigia y Caja Seca encontramos a Tucaní en la llanura del Lago y con un verde fondo de montañas.
 Pinté este cuadro al óleo en colores bastante cálidos cómo es la temperatura de este querido pueblo. ES un formato vertical, que uso poco, pero se adapta bien al tema.





Tucaní, el pueblo del cacao.Francisco Rivero.
Tucaní. Francisco Rivero.

Tabay es un balcón a la montaña.



Tabay es un pueblo del  estado Mérida, rodeado de elevadas  montañas. Me gusta su plaza Bolívar, siempre animada de parroquianos que vana conversar en aquel lugar. De mi libro Visitando Mérida, transcribo esta líneas 

Tabay es el primer pueblo del páramo para los viajeros de la carretera Transandina. Esta vía atraviesa el poblado de este a oeste, entrando por la parte baja y convirtiéndose luego en una calle angosta que pasa por el lado de la Plaza Bolívar. El pueblo consiste de dos calles principales longitudinales que son atravesadas por algunas transversales muy cortas. Algunas casas viejas de tejados enmohecidos, con aleros y ventanas de balaustre de madera conservan el sabor de los tiempos coloniales, pero también proliferan muchas construcciones de bloque y cemento, que rompen la armonía del contorno.

Su plaza, sembrada de enormes casuarinas, de cuyas ramas cuelgan las barbas de palo, transmite una sensación de sosiego que nos invita a descansar. La plaza es el lugar de reunión de los parroquianos en sus bancas la gente conversa despreocupadamente. En los alrededores vemos una posada, la Alcaldía y muchos comercios de venta de víveres.

La iglesia se oculta entre el ramaje oscuro de los árboles y apenas podemos divisar una pequeña parte de su encanto. Es un templo muy bonito, tanto en su exterior como en el interior, dedicado a San Antonio. Posee un atrio algo elevado, protegido por balaustres. Dos torres cuadradas decoradas con molduras y rematadas en cúpulas se elevan graciosamente por encima del conjunto. Su fachada de líneas sencillas posee pilastras de fuste estriado, que dividen los tres arcos de medio punto, donde se insertan las puertas de madera que dan acceso a las naves. La fachada contiene un nicho en la parte alta donde se aloja una imagen de San Antonio y remata en un frontis de líneas curvilíneas. El templo original fue completamente destruido por el terremoto de 1894 e inmediatamente se comenzaron los trabajos de reconstrucción que culminaron en 1907.

Los alrededores de Tabay son lugares de rigor que debe recorrer el visitante para compenetrarse con su naturaleza pródiga en paisajes naturales de gran belleza. Hacia la parte baja del pueblo se puede cruzar el río Chama por un puente angosto y visitar los alrededores de las aldeas de La Mucunután, La Mucuy Baja y El Arenal.

Tabay rodeado de montañas. Francisco Rivero.
Tabay. Francisco Rivero.

Timotes  pueblo de hortalizas.

En timotes se cultivan hortalizas para toda Venezuela. Sus suelos son bastante fértiles. Su iglesia posee una alta torre. De mi libro "Visitando Mérida " Transcribo:

Timotes a torre elevada de una iglesia, que se divisa desde lejos, por sus nítidos perfiles, nos anuncia el próximo pueblo en nuestro recorrido por el valle del Motatán. Un pueblo alejado de la capital, ubicado en el extremo norte del mapa, muy cercano al límite de Mérida con el estado Trujillo. Los altos páramos que le rodean atestiguan su pertenencia a la región mítica de los Timotes. Es Timotes, que nos sorprende con su fresca presencia de sustancia vegetal, en donde convergen los aromas del cilantro y el cebollín, de sus huertas bien regadas. Pueblo aferrado por sus raíces históricas, culturales y geográficas a Mérida. Fue lugar de asiento de los Timotes: los primeros pobladores de los Andes Venezolanos. Desde los tiempos primigenios en que se cultivaban las laderas de los cerros con la técnica de las terrazas, ha sido cuna de hombres trabajadores de acendrada vocación agrícola.

Timotes. Francisco Rivero.
Timotes. Francisco Rivero.



Torondoy el pueblo de las Alondras.


Torondoy es un pueblo de Mérida, bastante  alejado de la capital del Estado. Se ubica sobre la sierra de la Culata en la vertiente norte del lago de Maracaibo. De clima dulce y agradable, bueno para pernoctar. 
De mi libro Visitando Mérida, Trasncribo:

Torondoy indo pueblo de montaña, encumbrado en una vertiente del río Torondoy, a 1.107 metros sobre el nivel del mar. El trayecto a este pequeño pueblo ofrece vistas espectaculares de la cordillera y la llanura del lago de Maracaibo. La carretera pavimentada, parte de la Panamericana, a la altura de Nueva Bolivia y asciende serpenteando entre bosques nublados donde se destacan los troncos blancos y estilizados de los cedros. También se observan otras especies de gran tamaño, como los bucares, ceibos, guayacanes e higuerones. En un recorrido hasta el pueblo de unos 22 kilómetros surgen por todos lados escenas rurales del pasado con las mulas cargadas de café y cambures, las pequeñas casas entre los sembradíos con sus patios para el secado y las tímidas aldeas escondidas entre la bruma. Abajo el río Torondoy brama furioso en su cauce profundo y los precipicios de cientos de metros atraen nuestra mirada con una mezcla de temor y respeto.

La naturaleza ubérrima de ésta región de transición entre la llanura y la serranía, se ha conservado casi virgen, pues ha sido muy poco intervenida por el hombre. La abundancia de especies, tanto animales como vegetales llamó poderosamente la atención del botánico, pintor y escritor alemán Antón Goering, en su visita a Torondoy cerca de 1870.
El pueblo consiste en unas cincuenta casas que se alinean a lo largo de la calle principal que corre de un extremo a otro, la plaza y algunas bocacalles muy empinadas que bajan del cerro, formando todo ello un conjunto bastante armónico, digno de una postal. Algunas casas coloniales de altillo, con balcones de madera sobresalen por la altura de sus muros. El pueblo fue objeto de una restauración en 1993, durante la gestión del gobernador Jesús Rondón Nucete: se adoquinaron las calles, se refaccionaron las paredes que amenazaban con caerse y, lo más importante, se sustituyeron los horribles techos zinc oxidado por tejas. Esto por supuesto, refrescó la apariencia del poblado.
La casa mas hermosa de todas, es la Casa de la Cultura Don Antonio María Quintero de estilo señorial a dos pisos con balcones y patio interior rodeado de galerías. Llama la atención el teselado del piso con panelas de terracota y azulejos, así como también las oscuras maderas de los balcones y pisos superiores.



Torondoy. Francisco Rivero.
Torondoy. Francisco Rivero. 



domingo, 5 de enero de 2020

La pintura al óleo de paisajes del Táchira.


Los paisajes del Táchira en la pintura.




San Cristóbal:

San Cristóbal. Francisco rivero.
San Cristóbal. Francisco Rivero. 1999.



La grita.

La Grita. Francisco Rivero.
La Grita. Francisco Rivero.

La tranquilidad de Seboruco. 





Los bellos paisajes de Capacho.

Capacho. Francisco Rivero. 1995 Oleo sobre tela
Capacho. Francisco Rivero. 1995.





San Pedro del Río.

Nadie puede negar que San Pedro del río es el pueblo más turístico del Táchira. Quise hacer una pintura típica de los Andes y me inspiré en sus calles y montañas. . Con sus calles empedradas, su gente amable, sus casas limpias de blancos  muros de cal rematados en zócalos de vivos colores y ventanales coloniales bien acicalados, el pueblo atrae la mirada del visitante. En San Pedro del Río el  cielo siempre es de un azul cobalto profundo y muy limpio de nubes, como en el verano. Su clima algo cálido y su verde vegetación crean un contraste maravilloso.  

San Pedro del Río, EStado Táchira. Oleo de Francisco Rivero. 2020.
Francisco Rivero. San Pedro del Río.

Estuve por aquellas tierras  varias veces y saqué unas cuantas fotos, que hoy al verlas de nuevo, me inspiraron a pintar este cuadro al óleo de 50 x 60 cm. Una pintura al oleo d  los Andes que a la gente le ha gustado. Fue un chispazo de inspiración repentina. Con esto doy inicio al nuevo año 2020, que espero sea fructífero y las musas del Parnaso no se olviden de mí.



miércoles, 18 de diciembre de 2019

Regresando a la montaña.

 


Chacantá y Canaguá. 

Estamos Visitando a Chacantá, en los pueblos del sur del Estado Mérida. Nos dirigimos hoy hacia Chacantá, situado a 18 kilómetros de Canaguá. Es una ruta bastante accidentada pero muy bonita, que inicialmente corre a lo largo del río Canaguá y luego se desvía hacia el norte. El río ha formado una garganta por donde corre impetuoso taladrando las rocas y dando origen a un paisaje muy particular de grutas y paredes lisas por donde pasa nuestro Jeep. 

La calzada está en mal estado, con gran cantidad de grietas y huecos, siendo casi inexistente en algunos tramos completamente de tierra. La vegetación es de bosque exuberante en la primera parte del recorrido. Mas adelante contemplamos un amplio panorama de un valle profundo en forma de V. 

Después de andar ceca de 15 minutos tomamos un desvío a mano izquierda que asciende hacia el pueblo entre taludes de rocas blancas de arenisca, muy poco usuales en estos pueblos del sur. Este trayecto está en deplorables condiciones. La carretera fue pavimentada con una capa muy delgada de asfalto, o un guarapo como nos dijeron en el pueblo, y las lluvias y el uso se lo han llevado casi completamente.

El tipo de suelo es bastante desigual. En algunas partes de taludes dejan ver suelos arenosos de sedimentos no compactados que se derrumban fácilmente. En otras, por el contrario, las enormes rocas calizas y areniscas forman taludes sólidos y estables en donde crece poca vegetación. En un punto de la empinada cuesta casi voltea el Jeep por el desnivel y el chofer hubo de hacer maniobras para seguir adelante.

En 1995 hice un recorrido por los pueblos del sur del estado Mérida. Alquilamos un Jeep Toyota chasis largo, con su chófer que nos sirvió de guía por el camino. Pernoctamos en algunos de esos pueblos remotos de la cordillera. Disfrutamos mucho d e la amabilidad de la gente, la comida y los impresionantes paisajes de montaña. 

Al llegar a Chacantá mi hija y una amiga se bajaron para descansar. 


Chacantá, Pueblos del sur de Mérida, Venezuela. Francisco Rivero
Chacntá. Francisco Rivero. 2019.


Pinturas al oleo de Canaguá .


Hoy regreso a la montaña mirando uno de mis cuadros que me trae recuerdos. Visité la población de Canaguá en el año 2005 y me gustó mucho su pequeña plaza, la cual quedó muy bonita después de una  remodelación reciente. Muy casta y recogida de una paz bastante íntima y personal que invita a la reflexión. Sus bellos jardines de verde grama resplandeciente y sus macetas de flores de todos los colores tan hermosas como sus mujeres, teniendo como marco la blancura de su iglesia. Su aire tan puro y cristalino de montaña. Sus paisajes de serranías que se extienden al infinito.

Canaguá, Oleo de Francisco Rivero. Mérida, Venezuela.
Francisco Rivero. Canagua. 2019.

 Pasamos varios días en aquel lugar encantador de los pueblos del sur, que hoy lo recuerdo con este cuadro al óleo. Valió la pena realizar el largo viaje por aquella carretera estrecha de subidas bastante fuertes y curvas pronunciadas que se aferraban a las laderas de los cerros. Pasando por altas cumbres, peligrosos desfiladeros que dejan sin aliento, atravesando valles y sus ríos donde se asientan pequeños poblados.  Los pueblos del Sur son el corazón del Estado Mérida, un lugar especial que todos debemos conocer,  en donde se conserva intacta su cultura e idiosincrasia de gente trabajadora, honesta  y sencilla.

Canaguá Estado Mérida. 


Canaguá, es una población muy bonita, situada en el corazón de la región sur merideña, en plena cordillera sur occidental. Esta asentada en un valle intramontano, a 1495 metros de altura, rodeada de paisajes cautivadores: verdes montañas, ríos espumosos y quebradas cantarinas. Se encuentra a 140 Km. de Mérida, sobre la Troncal que enlaza los pueblos del Sur. Posee un clima fresco de montaña, con una temperatura promedio de 18.5 °. 
Tanto por su población, como por su producción agropecuaria, Canaguá es el más importante de los pueblos del sur. En esta región se han asentado pequeñas comunidades y aldeas de campesinos y labriegos muy trabajadores. En los fértiles valles se cultiva café, cambures, la yuca, el maíz y la caña de azúcar. La sencillez de sus casas y las costumbres ancestrales de la vida rural del sur merideño tan arraigadas, nos transportan al pasado. Canaguá es un lugar ideal para vivir alejado del bullicioso mundo moderno.
Se puede llegar por dos vías: una que viene desde Tovar, pasando por Guaraque y Mesa Quintero y la otra que parte de Estanquez, pasa por Betania y El Molino y se una a la anterior en la Y. Siguiendo cualquiera de estas rutas nos encontraremos con paisajes impresionantes de infinitas montañas, fríos páramos y valles profundos.

 Al viajar a Canaguá en el mes de Agosto, la montaña nos deleita con todos los tonos de verde en una sinfonía de los más variados e insospechados matices, en los lomos de los cerros. Aquí el hombre ha talado las estribaciones de la montaña para crear potreros, conucos y sementeras, pero respetando siempre los cauces de las quebradas, donde podemos ver el bosque muy espeso.