sábado, 25 de diciembre de 2010

La emancipación del color. .

Los elementos de la pintura  son el color, la línea, la composición, la textura, el ritmo y  las simetrías. Todos ellos deben estar coordinados entre sí para obtener una obra de arte balanceada.  Cuando uno de ellos asume un rol principal por encima del resto, tendremos entonces una nueva tendencia. Los pintores fauves como Matisse, Vlamink, Marquet y otros crearon obras geniales de colores atrevidos, con una libertad nunca antes vista en pintura. El fauvismo permite que el color exprese toda su carga de energía y vitalidad creadora dentro de la composición. Todo lo demás es secundario y está subordinado a la fuerza avasallante de los colores.

 He aquí una pintura al  pastel, sobre cartulina roja, en formato  de 34 x 50 cm.  El motivo está tomado del pintor Moise Kisling. El título de la obra es Desnudo sobre un divan rojo ( 1918). Esta es  una interpretación libre hecha por mi y  ejecutada  al pastel. En  el fondo  pinté una montaña , lo cual le da un significado distinto a la presencia de la mujer desnuda.


Desnudo con frutas. 2006.
 Una escena cotidiana en una pequeña plaza de un pueblo puede ser un motivo alucinante. En la parte de afuera he pintado con  colores fríos . En el interior puse colores algo más cálidos, para crear contraste cromático. La iglesia brilla con luz propia como un bombillo. Sobre ella hay una llamarada color naranja. Me provocó  expresar estas imágenes   con  colores algo inusuales.


Saliendo de la iglesia. 2006.
 El tendero  del pueblo es una figura maciza, pintada en  color tierra.  Ha sido colocada en primer plano con el propósito de enfatizar su monumentalidad. El hombre de aspecto serio y reservado, mira hacia el espectador con los ojos entornados. La figura  a su vez,  recorta un segundo plano, de caracter diferente. Es la tìpica  Bodeguita de la Esquina,  de paredes azul y blanco, que reflejan muy bien la atmósfera del lugar.

Bodeguero. 1996.
Durante la celebración de la fiesta de San Benito, algunos danzantes se visten de colores chillones. Otros  se pintan la cara de negro: son los llamados "trabuqueros". Ellos  disparan al aire sus estridentes trabucos. Es un ruido ensordecedor cuyo eco se repite por toda la sierra. Esta crispación tiene su equivalente pictorico en un retrato del trabuquero de colores algo disonantes. Para acentuar aún más el caracter agresivo y fiero de estos personajes, he pintado sobre  una cartulina  fondo rojo borgoñés.

El trabuquero. 2006.
Los campos de Escaguey reverberan de colores acidos  en las horas del mediodía. La imágen sombría de los catus, en primer plano,  agrega  una nota de compenetración con el paisaje.

El llano de EScaguey. 2006.
El pueblo de El Morro cabalgando sobre cerros erosionados ofrece una visión algo espectral. En las horas nocturnas de luna llena, los montes pelados y las siluetas oscuras de los pinos dan miedo.

El Morro. 2006.
Una calle principal en formato vertical, es presentada aquí,  desde un ángulo bastante alto. Esta toma crea una sensasción de inestabliidad, que se acentúa con los colores fuertes.

Calle Principal. 2006.
El color hace estallar las formas de estas figuras. Es una composición casi abstracta.

Figuras. 2006.

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