domingo, 26 de diciembre de 2010

Pintando con lápices de colores.

Las siguientes pinturas no son copia de nada. Son expresiones de mi propio yo, que  se manifiestan en  el proceso mismo de la creación. La filosofía Zen nos dice que al pintar utilizamos todo nuestro ser: El cuerpo, la mente y el espíritu, para convertirlo en una sola unidad. Para esto debemos alcanzar un estado de meditación en donde nos encontremos con nuestro propio yo que se manifiesta de múltiple maneras en imágenes que reflejan el espíritu. Es un métdo de pintar bastante intuitivo, siguiendo tus propios impulsos, sin imponer reglas lógicas externas. Ser libre y seguir nuestro  propio camino nos ayudará a explorar y develar el misterio interno que tienen las cosas. Hay que vivir la experiencia creativa de manera holistica, integrando todos los elementos espirituales para poder ser auténticos y expresar nuestro yo, nuestra verdad.
Los lápices de colores son fáciles de manipular. Todos hemos aprendido a colorear en la escuela cuando eramos niños usando creyones. Piensa en un paisaje y colorealo siguiendo tu propia inspiración.

Imagina que emprendes un viaje por algun lugar montañoso. Pinta un camino  que te llevará muy lejos.

El camino. 1990.
Los campos de ensueño donde las espigas doradas de trigo se mecen lentamente invitan a descansar y relajarse. Piensa que eres un niño y corres libremente entre los trigales. El aire  tibio y agradable llega hasta lo más profundo de tu ser. Tus preocupaciones desaparecen.

El trigal. 1990.
El camino te llevará por pequeños pueblos donde conocerás personas con las que has soñado alguna vez. Ellas podrán ayudarte con su sabiduría. Escucha  a los niños y a los ancianos.

Valle.1990.
La fuerza telúrica de la montaña nos revela algunos misterios ocultos en nuestro pensamiento. Imagina el momento primigenio de la creaciónd la tierra. Recuerda que eres parte de una voluntad cósmica que ordena el universo.

Aire y tierra. 1990.
Todo cambia para poder vivir. Las nubes viajan entre los valles. Las rocas en el interior de la tierra se agitan entre un mar de lava caliente. El fuego derrite la corteza de la tierra y moldea el paisaje. Imagina un viaje al centro de la tierra. El caos y el orden luchan entre sí para llegar a un equilibrio vital.

Nubes viajeras. 1990.
 La espiritualidad del paisaje se manifiesta en las cosas sencillas que brotan de nuestro interior. El ser se une a la naturaleza.

Valle espiritual. 1990.

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